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Article

¿Qué tan equilibrado está el multilingüismo en la publicación científica? Un análisis global desde la base de datos del Directory of Open Access Journals (DOAJ)

Authors
  • Gimena del Rio Riande orcid logo (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)
  • Ivonne Lujano Vilchis

Abstract

El concepto de multilingüismo equilibrado (Sivertsen, 2018) busca establecer instrumentos para documentar y medir el uso de una lengua para diferentes propósitos en la investigación, proporcionando así una base para el monitoreo de la globalización de la investigación en una dirección más responsable (p. 2). Sin embargo, un análisis del Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), la base de datos más grande de revistas en accesoabierto producidas en más de 130 países al día de hoy no muestra ningún multilingüismo equilibrado. DOAJ promueve la diversidad lingüística indexando revistas en 80 idiomas, incluyendo variaciones dialectales, idiomas indígenas e idiomas hablados por menos de 50,000 hablantes (por ejemplo, el aragonés).

En este artículo presentamos las principales tendencias relacionadas con los idiomas en los que las revistas publican sus contribuciones de texto completo para responder a este panorama desequilibrado. Realizamos un análisis descriptivo de las 17,564 revistas listadas en DOAJ hasta abril de 2023. Nuestros hallazgos muestran que el 65% (11,331) de las revistas listadas publican solo en un idioma, y el 35% (6,234) publican en dos, tres y hasta 16 idiomas. La investigación también muestra que el 50% de las revistas multilingües tienen su sede en Asia y América Latina.

Keywords: DOAJ, multilingüismo, periferia, publicación científica, lingua unica

How to Cite:

del Rio Riande, G. & Lujano Vilchis, I., (2024) “¿Qué tan equilibrado está el multilingüismo en la publicación científica? Un análisis global desde la base de datos del Directory of Open Access Journals (DOAJ)”, The Journal of Electronic Publishing 27(1). doi: https://doi.org/10.3998/jep.5605

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Published on
2024-09-21

Peer Reviewed

1. Introducción

La utilización del inglés como lengua global de publicación científica reúne en sí misma varias cuestiones no menores: la necesidad del alcance global de la investigación como consecuencia del uso generalizado de internet y de herramientas digitales para la comunicación escrita de la ciencia y de la internacionalización de las instituciones académicas. Este contexto pone de manifiesto tanto nuevas prácticas de colaboración a partir de la participación de investigadores en proyectos internacionales como también la presión por el impacto global del trabajo científico (Balula & Leão, 2019; Kulczycki et al., 2020). Este uso de facto del inglés trae consecuencias que no sólo afectan las estrategias comunicativas que los académicos tienen que desplegar en sus prácticas de investigación, sino que, en última instancia, termina otorgando un lugar de superioridad a una lengua por sobre otras. En palabras de Eamon Costello:

… the pre-eminence of English hence appears to be edging out other languages in an increasing trend. It is assembling an unassailable claim to be the language of legitimation, the language of science and scholarship—the language of knowledge and ultimately, of truth. (2020, p. 3)1

La afirmación puede constatarse en los números del trabajo de Neylon y Kramer (2022), donde, usando como base de estudio los identificadores persistentes DOI (digital object identifier) de CrossRef, asignaron a 122 millones de textos académicos sus idiomas de publicación, concluyendo así que el inglés continúa siendo la lengua de comunicación científica dominante a nivel global y en todas las disciplinas, aunque el español, el portugués y el indonesio demuestren un crecimiento durante el bienio 2020–20222.

En este artículo, utilizamos la base de datos del Directory of Open Access Journals (DOAJ)3 como objeto de exploración y análisis para reflexionar y problematizar las estrategias de monolingüismo y multilingüismo de las 17.564 revistas allí indexadas hasta el 9 de abril de 2022 y buscamos responder las siguientes preguntas:

¿Qué tan equilibrado y distribuido está el multilingüismo en las revistas académicas de acceso abierto?

¿Cuáles son las lenguas más utilizadas por las revistas de acceso abierto para comunicar conocimiento?

¿Cuál es la distribución geográfica de las revistas multilingües?

¿Qué pueden aportar los datos del DOAJ a la discusión sobre las asimetrías en la producción y circulación multilingüe del conocimiento?

Somos conscientes de que el multilingüismo es un fenómeno complejo y aquí sólo lo abordamos en el contexto de la publicación científica desde diversos presupuestos. El primero es el de multilingüismo equilibrado (Sivertsen, 2018), un concepto que reconoce la importancia de fomentar y sostener plenamente la diversidad lingüística en la comunicación académica con el fin de fomentar un mayor equilibrio entre las demandas de la excelencia internacional —que requiere del inglés como lengua de comunicación científica— y la relevancia local de la investigación —que se expresa, generalmente, en las lenguas oficiales de cada país. El segundo es el de diversidad epistémica como posibilidad de desarrollar aparatos epistémicos diversos y ricos que podrían ayudar en la construcción del conocimiento como un fenómeno distribuido, socialmente legitimado y situado (Harding, 2015; Gobbo & Russo, 2020; Fiormonte & del Rio Riande, 2022). Este último retoma además la noción de injusticia epistémica desarrollada por Fricker (2007). En síntesis, consideramos que la construcción de la diversidad epistémica debe también apoyarse en el uso de una lengua como instrumento de construcción, comunicación, circulación y legitimación del conocimiento.

2. El inglés, lingua unica para la publicación científica

Como bien estudió Philipson (1992) en su día, después de la Segunda Guerra Mundial la idea de una lengua neutra para la ciencia y la diplomacia fue parte del debate entre los ganadores del enfrentamiento. De este modo, se situó arbitrariamente al inglés como la opción de facto considerada más eficiente y global que otra lengua y4, por ende, en muchos contextos, pasó a considerarse una lingua franca (Cogo, 2020). No obstante, es evidente que resulta una simple falacia pensar que el inglés fue, es o podría ser hoy una lingua franca, y mucho menos para la publicación científica, ya que en ningún momento se estableció un acuerdo, verbalizado o tácito, entre instituciones o personas para considerarla como tal (Ostler et al., 2005)5.

El problema de la adopción acrítica de una lingua franca en la publicación académica ha sido discutido ampliamente (Amano et al., 2016; Balula & Leão, 2021; Fiormonte, 2021; Gobbo & Russo, 2020; MoChridhe, 2019; Canagarajah, 2020; Siversten, 2018; Soler, 2021). Más específicamente, diversos estudios críticos señalan las desventajas del fenómeno de la inglesificación de la publicación académica a nivel global, con especial énfasis en las ciencias sociales y humanidades (Balula & Leão, 2019; Fiormonte, 2021; Kulczycki et al., 2020). Estos trabajos advierten que no estamos haciendo uso de ninguna lingua franca, sino que tan sólo estamos apelando a la comunicación en una lingua unica, lo cual perjudica especialmente a actores que no suelen utilizar el inglés para comunicarse habitualmente, desde los autores y editores de publicaciones hasta los propios lectores. En particular, destacamos el reciente estudio de Amano et al. (2023), con más de 900 investigadores participantes del área de las ciencias ambientales, donde se calcularon los costos financieros y de tiempo que invierten los autores no nativos para publicar en inglés. Este estudio mostró que incluso una de las actividades prioritarias para la escritura y publicación, que es la lectura de artículos, puede llegar a tomarles a las personas no nativas casi el doble de tiempo (91%) que a los hablantes nativos. En el caso de la escritura, les puede tomar 50% más tiempo que los hablantes nativos, y las desventajas también incluyen mayor inversión económica y de tiempo en la corrección de estilo de los manuscritos (proofreading; Amano et al., 2023; Rodriguez Medina, 2019). Finalmente, un dato crucial es la tasa de rechazo de artículos, que es mayor entre las personas hablantes no nativas, frecuentemente debido a razones relacionadas con el dominio del idioma.

Estos resultados coinciden con la observación de Gobbo y Russo (2020), quienes sugieren un término para nombrar el fenómeno: el Impuesto al Inglés No Nativo (Non-Native English Tax), es decir, aquellos recursos que las personas no nativas pagan en términos de dinero y tiempo al preparar sus manuscritos para que sean considerados suficientemente adecuados por las revistas académicas, principalmente aquellas editadas en países con un nivel alto de dominio de la lengua inglesa. Este fenómeno también ha sido referido en el contexto del acceso abierto a las publicaciones como un muro de pago oculto (hidden paywall), que inhibe la participación de autores del Sur Global (MoChridhe, 2019).

Las barreras que muestran estos estudios son un ejemplo de lo que MoChridhe (2019) y Soler (2021) denominan injusticia lingüística, o aquellas asimetrías surgidas cuando algún grupo de hablantes tiene ventajas sobre otros tan sólo por contar con el repertorio lingüístico vinculado con la ciudadanía adquirida por nacimiento (Shachar, 2009, citado por Gobbo & Russo, 2020). Parafraseando a Rodríguez Medina (2019), lo que termina ocurriendo en este contexto de injusticia lingüística es que se jerarquizan los loci de enunciación en la publicación científica. Es por ello que, como decíamos más arriba, se observan con frecuencia diversos sesgos en la revisión por pares, y en general en la publicación, relacionados con el nivel de dominio del idioma de parte de los académicos autores. Algunos de estos sesgos tienen que ver con la percepción de los revisores y editores del nivel de dominio del idioma o, más particularmente, de qué tan acorde al inglés nativo está redactado un manuscrito como signo de buena calidad (Lujano Vilchis et al., 2023; Politzer-Ahles et al., 2020). En conclusión, bajo estos parámetros sesgados, siempre tendrán más ventaja los autores nativos, y, dado que la mayoría de la población mundial no es hablante del inglés, la exigencia de un nivel de domino del idioma no hace más que reforzar las asimetrías globales en la circulación del conocimiento. El foco en el dominio del idioma incluso enfatiza la discriminación en la publicación académica que, como es esperable, afecta, en su mayoría, a académicos del Sur Global.

3. El DOAJ como corpus de estudio del multilingüismo en la publicación académica

El Directory of Open Access Journals (DOAJ) es un directorio de alcance global que, desde el año 2003, indiza revistas en acceso abierto de cualquier disciplina, sin importar la lengua de publicación. Esta organización independiente y sin fines de lucro también se ha consolidado como una lista de revistas que se adhieren a criterios de calidad establecidos por asociaciones académicas y sociedades científicas como el Committee on Publication Ethics (COPE), la Open Access Scholarly Publishing Association (OASPA) y la World Association of Medical Editors (WAME). La lista de criterios de indexación del DOAJ es considerado actualmente por diversas iniciativas, como el Plan S, como un estándar para la publicación y para garantizar que las revistas de acceso abierto sean confiables. Estos criterios incluyen aspectos básicos como tener un sitio web donde la revista haga accesibles sus contenidos a texto completo en la(s) lengua(s) de publicación que el equipo editorial decida. Si el sitio está disponible en varias lenguas, la información proporcionada a los usuarios debe ser la misma en todas (DOAJ, 2022).

Uno de los objetivos de este directorio es aumentar la visibilidad y reputación de las revistas académicas de todo el mundo y, con ello, contribuir a combatir las inequidades en la distribución global del conocimiento. Siguiendo esa misión, el DOAJ es una comunidad global, con miembros del equipo operativo, embajadores y voluntarios que viven en 45 países de todo el mundo y que son hablantes de 36 lenguas diferentes (DOAJ, 2023b). En especial, los editores, embajadores y voluntarios están agrupados por las lenguas que dominan, lo cual garantiza que la revisión de las solicitudes de indexación sea justa y precisa. Dado que las culturas locales de publicación están íntimamente vinculadas con prácticas lingüísticas tales como el uso regional de ciertos términos o la traducción de los contenidos, la diversidad del equipo del DOAJ permite ofrecer a la comunidad una lista confiable que refleja el multilingüismo del ecosistema de publicación.

El DOAJ promueve la diversidad lingüística, indexando revistas en 80 idiomas, incluidas variaciones dialectales, lenguas indígenas e idiomas hablados por menos de 50.000 hablantes (por ejemplo, aragonés). El directorio utiliza listas normalizadas de monedas e idiomas y países según ISO 639–2. Como signataria de la Helsinki Initiative (Helsinki Initiative, 2019), el DOAJ se esfuerza por garantizar la indexación de más revistas en lenguas que no sean el inglés. Por ello, el directorio ha establecido diferentes acuerdos de cooperación con proyectos y consorcios de diferentes regiones para el impulso de la diversidad lingüística. Por ejemplo, en América Latina, destacan los convenios de trabajo con Redalyc y Scielo, que se llevan adelante desde 2020, así como el apoyo financiero y de divulgación de dos universidades públicas colombianas, la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y la Universidad Nacional de Colombia. Otros ejemplos incluyen la colaboración con la organización canadiense Érudit para la promoción de la publicación en francés y el programa de Embajadores, que busca visibilizar la publicación en acceso abierto del Sur Global y así promover la diversidad lingüística.

A día de hoy, más de 20.000 revistas en acceso abierto y revisadas por pares se encuentran indizadas en el directorio6. Como indica la figura 1, de ese gran conjunto, casi la mitad, unas 9.873 revistas, no están en Scopus ni Web of Science (DOAJ, 2023a). Se suma a ello el hecho de que la mayoría de estas 9.873 revistas pertenecen a zonas infrarrepresentadas en estas dos bases de datos, en especial, regiones como África y América Latina.

Figura 1. Diagrama de Venn que muestra la superposición de revistas entre el DOAJ, Web of Science y SCOPUS, y deja a la luz que el DOAJ tiene indizadas unas 9.873 revistas que no están en Scopus ni Web of Science. Fuente: DOAJ (2023)

En un primer trabajo de análisis de las lenguas de las revistas indexadas en el DOAJ, del Rio Riande (2020) demostró que las zonas multilingües de la publicación científica global estaban en las llamadas zonas periféricas a los centros geopolíticos de publicación científica y que7, por el contrario, los centros de publicación con mayor cantidad de recursos para la publicación científica hacían gala de un deliberado uso del inglés como lingua unica. Si bien ese trabajo fue de carácter exploratorio y no ahondó en los números precisos de cada país o región, dos años más tarde, revisamos las 17.564 revistas incluidas en el directorio hasta abril de 2022, y encontramos que el 67% publicaban sólo en inglés, que el 65% era monolingüe y que sólo el 35% publicaba en dos o más lenguas (Lujano Vilchis et al., 2022). Esta investigación sostuvo los datos de del Rio Riande (2020) y demostró, a su vez, que el 50% de las revistas multilingües se publican en Europa del Este, Asia o América Latina, con algunas excepciones como España. Los números que más adelante ofrecemos siguen el marco teórico y la aía de estos trabajos y buscan mejorar el análisis de los resultados.

3.1. Metodología

Para llevar a cabo el trabajo que aquí presentamos, descargamos el 9 de abril de 2022 la versión exportable de los metadatos de las revistas en formato CSV (public data dump) desde la página del directorio, que para ese entonces contenía 17.564 revistas. El archivo incluye información básica sobre cada una de las revistas indexadas, así como datos sobre políticas de derechos de autor y licenciamiento de contenidos, modelo de financiamiento y revisión por pares y gobernabilidad, entre otros. Específicamente, utilizamos la información sobre la(s) lengua(s) en las que la revista acepta manuscritos, así como el país de publicación de cada una. En la fecha en la que extrajimos los datos, el DOAJ tenía listadas revistas de 129 países.

Realizamos un análisis descriptivo de las 17.564 revistas utilizando Microsoft Excel versión 16.81. Para nuestra clasificación por lenguas, utilizamos las que aparecen en la lista del directorio. Consideramos multilingües a todas las revistas que publican en más de una lengua. Es importante aclarar cómo colecta el DOAJ los datos sobre las lenguas de publicación en las revistas. Cuando el editor que postula una revista llena el formulario de solicitud de indexación, debe proporcionar el nombre de la principal lengua en la que se reciben manuscritos. El editor selecciona la(s) lengua(s) de su revista de una lista de 80; si alguna no se encuentra en la lista, puede solicitar su inclusión a través del servicio de asistencia del directorio. Vale la pena asimismo mencionar que la principal lengua que puede seleccionar el editor no es necesariamente la más utilizada para publicar el texto completo de los artículos (Bosman et al., 2021). Sin embargo, cuando los editores del DOAJ evalúan las solicitudes de indexación, se aseguran de que la revista haya publicado al menos un artículo en las lenguas que declaran. Con ello, el directorio asegura mayor precisión de la información disponible en la base de datos. De hecho, es necesario mencionar que, como parte de nuestras responsabilidades en tanto embajadoras del DOAJ en Latinoamérica, nosotras mismas hemos colaborado revisando formularios de indexación de revistas de esta y otras regiones del mundo.

3.2. Resultados

El DOAJ ofrece una estrategia simple, limpia, seleccionada y abierta para abrir datos sobre el multilingüismo en publicaciones académicas. Sin embargo, un análisis del directorio no muestra ningún multilingüismo equilibrado en el panorama global de la publicación científica. La figura 2 presenta la proporción de revistas monolingües y multilingües. Como se observa, el 65% (11.331) de las enumeradas publican sólo en una sola lengua y el 35% (6.234) publican en dos o más. La revista que más lenguas registra es Science in School (ISSN 1818–0353/1818–0361), editada por la organización europea intergubernamental EIROforum, que publica artículos hasta en 29 idiomas.

Figura 2. Revistas en el DOAJ por cantidad de lenguas de publicación. Fuente: Elaboración propia

Casi el total de las revistas bilingües (98%) registra el inglés como lengua de publicación. Solamente 320 revistas dan cuenta de dos lenguas de publicación donde el inglés no está incluido, siendo, en este último grupo, las que publican en español y portugués las más frecuentes (223), debido principalmente a la vasta producción de revistas de países iberoamericanos, que representa casi el 25% (4.297) del total de publicaciones indexadas en el DOAJ.

Un dato interesante es que el 86% de las revistas multilingües no cobran cargos por procesamiento de artículo o APCs. Esto habla de la inversión de recursos editoriales y financieros que las editoriales universitarias —principales responsables de las revistas llamadas diamante— podrían estar dedicando a la producción de revistas dirigidas a públicos hablantes de otras lenguas más allá del inglés. Como muestra el estudio de Bosman et al. (2021), generalmente estas revistas son editadas en países periféricos a los centros mainstream de producción académica. Europa del Este y Latinoamérica son las regiones donde más se encuentran estas revistas (p. 7).

La figura 3 muestra las 20 lenguas de publicación más frecuentes aparte del inglés. En congruencia con la alta proporción de revistas de acceso abierto editadas en países iberoamericanos, el español y el portugués son las lenguas más frecuentes después del inglés, con 1.650 (9%) y 1.052 (5%) revistas respectivamente. Les siguen en orden de frecuencia el indonesio (833), el ruso (366), el persa (297) y el francés (292). Otras lenguas con más de 100 revistas indexadas en el DOAJ son el árabe, el italiano y el catalán.

Figura 3. Lenguas de publicación más frecuentes en las revistas del DOAJ (sin inglés). Fuente: Elaboración propia

Por otro lado, nuestra investigación muestra que el país con más revistas multilingües es Brasil, seguido de Indonesia, España y Ucrania, lo cual confirma nuestro supuesto de que las zonas multilingües también son aquellas consideradas periféricas en la producción del conocimiento. En la figura 4, se presentan los 20 países con más revistas multilingües. Como puede observarse, Latinoamérica, Asia y Europa del Sur y del Este son las regiones donde se publican más revistas multilingües.

Figura 4. Países por número de revistas multilingües. Fuente: Elaboración propia

Finalmente, la figura 5 permite constatar lo dicho hasta aquí, desplegando en un mapa global la distribución de las revistas multilingües del DOAJ en el mundo.

Figura 5. Distribución de revistas multilingües presentes en el DOAJ por país. Fuente: Elaboración propia

4. Conclusiones: Las zonas periféricas son las zonas multilingües

Los números globales que nos ofrece el DOAJ sobre el multilingüismo en la publicación científica demuestran que las zonas multilingües están en zonas periféricas a los centros geopolíticos de publicación científica y que, por el contrario, los centros de publicación con mayor cantidad de recursos económicos y académicos para la publicación científica hacen gala de un deliberado uso del inglés como lingua unica. La siguiente figura da buena cuenta de esta afirmación:

Figura 6. Monolingüismo en las revistas de Estados Unidos presentes en el DOAJ. Fuente: Elaboración propia

Asia, Europa del Este y América Latina se destacan por el uso de múltiples lenguas en la publicación científica. Si bien esta elección viene, de algún modo, impuesta por ser el inglés la lengua de facto del circuito mainstream y por la necesidad de ser parte de ese circuito, o de lo que se suele definir como la ciencia global, no deja de implicar muchas veces un esfuerzo titánico para muchas revistas, editores y autores de las zonas periféricas.

Tomemos el caso de Latinoamérica. En un reciente artículo que describe las revistas latinoamericanas indexadas en las principales bases de datos de la región, como Latindex Catálogo o Scielo, Beigel et al. (2024) mostraron que las revistas latinoamericanas publican en una diversidad de idiomas que varía en cuanto a disciplinas y subregiones y que está lejos de ser un ecosistema monolingüe. Además del predominio del español y el portugués, los autores presentan datos sobre otros idiomas en los que se produce ciencia en la región, como el inglés y el francés, y algunas hipótesis sobre la preferencia en el uso de estos idiomas. Tal es el caso del uso del inglés en Puerto Rico por su situación geopolítica en relación con Estados Unidos y en México por su estrecha relación con ese mismo. Sostener este ecosistema multilingüe implica el esfuerzo financiero y organizacional de las editoriales y los grupos de trabajo, que son por lo general universidades públicas y están compuestos en su mayoría por voluntarios que intervienen en todas las etapas de la publicación de un manuscrito.

Nosotras creemos que un concepto acertado para pensar en cómo podríamos construir y sostener la práctica de la publicación científica global es el del mencionado multilingüismo equilibrado (Sivertsen, 2018). Este concepto tiene como objetivo establecer instrumentos para documentar y medir el uso de la lengua para los diferentes fines de la investigación, proporcionando así la base para el seguimiento de una mayor globalización de la investigación en una dirección más responsable (Sivertsen, 2018, p. 2). Si bien no tenemos argumentos para sostener que los oligopolios de publicación científica pudiesen o quisiesen proponer estrategias de publicación basados en el multilingüismo equilibrado, uno de los objetivos de la industria editorial científica mundial podría respaldarse infraestructuras digitales, como las que hoy en día proponen las plataformas de traducción automática basadas en inteligencia artificial generativa, que no implicaran que la publicación científica debiese expresarse en una lingua unica (Balula & Leão, 2019, p. 8). Iniciativas como la Recommendation Concerning the Promotion and Use of Multilingualism and Access to Cyberspace de la UNESCO (2003), la Helsinki Initiative (Helsinki Initiative, 2019), o la Bibliodiversity Manifesto (Hawthorne & Klein, 2014) se han manifestado asertivamente acerca de la necesidad de una publicación científica que dé cuenta de la diversidad epistémica de los diferentes campos y academias a nivel global, contribuyendo al uso de la lengua como instrumento de construcción, comunicación, circulación y legitimación del conocimiento. Así y todo, en este simple análisis desde la geopolítica del conocimiento, se observa un escenario completamente opuesto. Tal vez la exploración de estrategias de colaboración de traducción y publicación entre editoriales de diferentes regiones y de grupos de trabajo de campos en contacto, así como la aplicación responsable de los desarrollos de la inteligencia artificial en el campo de la traducción automática, que son sólo algunos de los desafíos futuros para la ciencia en los próximos años, puedan colaborar con un escenario más equilibrado y diverso para la publicación científica y revertir esta tendencia.

Notes

  1. Todas las traducciones de las citas en inglés son nuestras: “la preeminencia del inglés desplazando a otros idiomas parece ser una tendencia creciente. Se está consolidando un lugar incuestionable como idioma de legitimación, como idioma de la ciencia y la erudición, como el idioma del conocimiento y, en última instancia, de la verdad”.
  2. El portugués pasó de alrededor de 7.000 resultados capturados en el año 2.000 a más de 150.000 en 2021, lo que refleja el ascenso de Brasil como potencia de investigación y, muy probablemente, la eficacia de SciELO como plataforma de difusión durante ese período. Asimismo, el idioma indonesio muestra un crecimiento masivo, probablemente reflejando en parte una mejor cobertura de los metadatos de CrossRef durante este período junto con el crecimiento masivo de los esfuerzos editoriales en Indonesia (Neylon & Kramer, 2022).
  3. El sitio web del Directory of Open Access Journals (DOAJ) está accessible desde https://doaj.org/.
  4. Es bien conocida la disputa entre el alemán y el francés como lengua de publicación científica antes de la Primera Guerra Mundial (Gordin, 2015).
  5. El hecho de que, como sostienen Gobbo y Russo (2020), “advocates of English-only policy typically put forward instrumentalist arguments; for instance, English is already the de facto vehicular language of science since the end of the Second World War” [“los defensores de la política de sólo inglés tienden a presentar argumentos instrumentalistas; por ejemplo, el inglés era ya el idioma vehicular de facto de la ciencia desde finales de la Segunda Guerra Mundial”], sólo subraya que el carácter de franca ha sido dado por las circunstancias sociohistóricas antes mencionadas y no por un acuerdo entre partes.
  6. Los datos de todas las revistas están en abierto y son consultables vía API y descargables en formato hoja de cálculo. Así, el DOAJ es también una base de datos de consulta gratuita, cuestión que favorece los trabajos de investigación relacionados con la minería de datos sobre la publicación periódica en abierto a escala global.
  7. El concepto de zona periférica no está exento de problemas. Como proponen del Rio Riande (2020) y Lujano Vilchis et al. (2022), en este trabajo seguimos la idea sobre zona periférica en la publicación científica y lengua ya desplegada en Beigel y Salatino (2015): “Una lengua y un estilo de escritura se asociaron, poco a poco, con el patrón de medida de la calidad del conocimiento científico estadounidense. Y estos criterios de evaluación fueron ‘universalizándose’ sobre la base de los índices de citación, la jerarquización de revistas en inglés y el factor de impacto establecidos por el Institute for Scientific Information… . Alrededor de ISI-WoS, se fue forjando una suerte de acumulación primitiva de prestigio científico que benefició a ciertas zonas geográficas, grupos idiomáticos y disciplinas, al tiempo que fue ampliando la distancia con áreas ‘periféricas’ cada vez más desprovistas de reconocimiento ‘internacional’ ”. En Isasi y del Rio Riande (2022), se estudia cómo este escenario de desigualdades impacta en el uso de las citas de autores anglófonos de parte de autores hispanohablantes en el campo de las humanidades digitales.

Referencias bibliográficas

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