A pesar de que en el mundo se conocen unas 7.000 lenguas vivas, la investigación académica se comunica principalmente en inglés (Neylon y Kramer, 2022). Reflexionando sobre la investigación realizada por Daphne van Weijen (2012), el divulgador científico Adam Huttner-Koros (2015) escribe: “El inglés es ahora tan predominante [en la investigación] que en algunos países de habla no inglesa, como Alemania, Francia y España, los artículos académicos en inglés superan varias veces el número de publicaciones en la lengua propia del país. En los Países Bajos, uno de los ejemplos más extremos, esta proporción es extraordinariamente de 40 a 1”. ¿Cuáles son, pues, las implicaciones de tener una lengua franca para la investigación? ¿No debería una lengua franca facilitar el aprendizaje mutuo y el aprovechamiento de las ideas de los demás si todos leen y escriben en la misma lengua? Como señalan Huttner-Kronos y Sean Perera (2016), “comunicar la ciencia en inglés promueve … normas de descripción y definición del mundo natural que son intrínsecas a la lengua inglesa, e ideologías que son habituales para sus hablantes nativos”. El lenguaje es, en muchos sentidos, modelador del mundo; el lenguaje puede definir la propia experiencia a través de la denominación, la metáfora, la reflexión, la representación. Comunicar toda la investigación en una sola lengua significa que la lengua también moldea la investigación. La lengua da forma a lo que es posible expresar, contextualizar o revelar. Si la investigación se comunica principalmente en inglés, entonces estará sujeta a contextos y visiones del mundo anglófono. Además, entre los contextos influidos por la lengua se encuentran modelos y estructuras editoriales igualmente dominantes. A través del dominio de la lengua, este sistema hegemónico promueve la injusticia epistémica (Fricker 2007). Asimismo, el hecho de privilegiar la lengua inglesa en la comunicación académica margina y perjudica a los investigadores que no son hablantes nativos de inglés, o que no lo son en absoluto, reafirmando un marco colonial para la producción del conocimientos y limitando el desarrollo de diversas investigaciones académicas. Desde el punto de vista pragmático, el uso del inglés como lengua franca de facto repercute incluso en el tiempo necesario para llevar a cabo actividades de investigación fundamentales, como la lectura de artículos (Amano et al. 2023). Incluso un entorno multilingüe en el que coexistan, por ejemplo, el inglés, el francés y el español, sigue reificando ordenamientos imperiales del mundo.
El creciente monolingüismo en la producción de conocimiento académico afecta sin duda a los autores y lectores cuya lengua materna o con la que se sienten más cómodos no es el inglés. Pero también tiene repercusiones a un nivel más amplio y sistémico. En 2020, un taller titulado Disrupting Digital Monolingualism fue más allá del ecosistema académico para analizar la omnipresencia de la homogeneidad lingüística en los espacios en línea y las herramientas digitales. Con base en el trabajo de Anasuya Sengupta de la campaña Whose Knowledge?, el informe resultante del taller demuestra que menos del 10% de las lenguas del mundo están representadas en línea, en material publicado. En paralelo, los usuarios de tan solo 10 lenguas representan más del 75% del total de usuarios de internet en todo el mundo, y la mayoría de ellos operan en inglés o chino mandarín (Spence 2021, 9). Este es un claro ejemplo del dominio y los sesgos lingüísticos. Este predominio lingüístico en los espacios digitales es especialmente preocupante si tenemos en cuenta la importancia que el internet y las herramientas digitales han adquirido en nuestro mundo contemporáneo. El informe Disrupting Digital Monolingualism cita a Mandana Seyfeddinipur (Endangered Languages Archive), quien sostiene que la diversificación lingüística en el mundo en línea es “nuestra responsabilidad política (para garantizar la justicia lingüística), nuestra responsabilidad ética (para proporcionar apoyo a la diversidad), una responsabilidad histórica/humanitaria y una responsabilidad académica (para garantizar la integridad de la información y la reproducibilidad)” (Spence 2021, 10–11). Para combatir el monolingüismo digital, y la pérdida de cultura y marginación que provoca, los participantes en el taller señalaron la necesidad crítica de revitalizar las lenguas, de una digitalización global equitativa, de la traducción automática y de publicar y compartir investigaciones multilingües.
Los participantes en el taller Disrupting Digital Monolingualism están lejos de ser las únicas voces que se pronuncian sobre esta cuestión. Los expertos dedicados a la comunicación científica se han ocupado concertadamente del asunto (Harding 2015; Amano, González-Varo, y Sutherland 2016; Sivertsen 2018), al igual que los estudiosos de la geografía crítica, como ha demostrado Anssi Paasi (2015). En 2019, un grupo de firmantes anunció la Iniciativa de Helsinki sobre el Multilingüismo, un compromiso para, entre otras actividades, “promover la diversidad lingüística en la evaluación de la investigación y en los sistemas de financiación” (Helsinki Initiative 2019). Por otra parte, se ha producido recientemente un auge en los estudios sobre humanidades digitales—un campo en el que nosotras, las coeditoras de este número especial, hemos estado estrechamente involucradas—acerca de la necesidad de fomentar más enfoques multilingües. Una de las coeditoras, Élika Ortega (2019), argumenta en un trabajo anterior que la facilitación intencionada de zonas de contacto entre profesionales de diferentes regiones que trabajan en diferentes idiomas apoyaría una ecología de conocimientos más diversa para las humanidades digitales como campo, fundamental para su sustento y evolución continuos. Thea Pitman y Claire Taylor (2017) proponen en un artículo en Digital Humanities Quarterly que un enfoque interdisciplinario que aúne las lenguas modernas y las humanidades digitales beneficiaría y enriquecería a ambas disciplinas. Estas conversaciones se están extendiendo tanto y son tan urgentes que se ha formado un grupo de Humanidades Digitales Multilingües, que se describe a sí mismo como “una red internacional poco organizada de académicos que utilizan herramientas y métodos de humanidades digitales en idiomas distintos del inglés [que] trabajan en muchos entornos, incluyendo la academia, las bibliotecas, los museos y más allá, pero comparten el objetivo de aumentar la visibilidad del conocimiento en y sobre muchos idiomas” (Multilingual Digital Humanities, s.f.), y Lorella Viola y Paul Spence organizan y dan forma a gran parte de este trabajo en su colección Multilingual Digital Humanities publicada en 2024. Cada vez más es más evidente que una disciplina monolingüe es excluyente y delimita artificialmente el potencial de producción de conocimientos nuevos e innovadores, un sentimiento que reverbera en el contexto más amplio de las publicaciones de humanidades.
El multilingüismo como praxis editorial
Nos propusimos editar este número especial con el objetivo de recopilar y comisariar un conjunto de reflexiones que iluminaran el estado actual de la edición multilingüe y mostraran los avances accionables en proyectos multilingües. También queríamos impulsar nuestra propia práctica editorial y la de la revista. Sin embargo, cuestionar los intereses del monolingüismo en las comunicaciones académicas e intentar contrarrestar sus pegajosos hábitos y modelos autoperpetuantes es mucho más difícil de lo que parecía en un principio.
Como hemos aprendido trabajando en este número especial, la publicación multilingüe es un reto pragmático. La difusión de una convocatoria a propuestas (CaP) suele estar limitada por redes ya establecidas que pueden no entrar en contacto durante el ciclo de vida del número de la revista. La red y el alcance de JEP, como revista apoyada por la Universidad de Michigan, y con editores anteriores de Estados Unidos y el Reino Unido, está, como tenemos que reconocer, firmemente situada en un contexto anglófono, históricamente y en la actualidad. Probablemente impulsados por las limitaciones de nuestro propio CaP, que se publicó sólo en inglés con una invitación a respuestas en múltiples idiomas y a traducciones, los académicos que estudian la publicación en una variedad de idiomas y contextos optaron principalmente por escribir en inglés, con una excepción (y una traducción adicional). Deducimos que hay varias razones para este predominio del inglés. Como Johannes Sibeko y Mmasibidi Setaka señalan en su artículo en este número especial, los autores pueden tener cuidado con el alcance limitado de su público, así como con el trabajo editorial disponible (incluida la revisión por pares), cuando publican en un idioma con menos recursos. Christos Mais señala en su artículo que los autores son conscientes de que la fetichización de las métricas en el mundo académico favorece la publicación en revistas indexadas en inglés. Además, como demuestra Bettina Schnell en su estudio de campos plurilingües como los estudios de traducción e interpretación, la percepción de relevancia y prestigio de los académicos puede depender a menudo de la publicación en inglés. En retrospectiva, sin embargo, también creemos que la publicación de nuestra CaP sólo en inglés puede haber indicado a los autores que debían responder con artículos en inglés también. Traducir la CaP a los idiomas que JEP puede admitir podría haber dado resultados diferentes.
Sin embargo, la traducción, aunque posible, puede ser costosa y laboriosa y puede alargar el proceso de producción de artículos individuales y de números en su conjunto; sólo hay una capacidad limitada para actividades como la corrección de textos y la corrección de pruebas en varios idiomas. Viola y Spence (2024, 3) se enfrentan a una tensión similar en la introducción de su reciente colección (en inglés), Multilingual Digital Humanities: “Somos conscientes de la contradicción que supone proponer un libro en inglés para contrarrestar el sesgo predominante hacia el inglés. Sin embargo, sostenemos que este libro alterará de hecho el monolingüismo [de las humanidades digitales (HD)] al aumentar la visibilidad de la teoría y la práctica de las HD en y sobre lenguas distintas del inglés y al ofrecer perspectivas distintas del inglés en este panorama de las HD centrado en el inglés”.
A pesar de intentar contrarrestar el sistema hegemónico bien sedimentado en la comunicación académica, a veces hemos tenido la sensación de que el sistema reafirma sus epistemes coloniales a través de sus infraestructuras e ideologías. Aunque no hayamos conseguido reunir una oferta totalmente multilingüe, la edición de este número especial es un primer paso hacia nuestra propia toma de conciencia del sesgo lingüístico de nuestras prácticas editoriales. También nos ha llevado a plantearnos cómo contrarrestar el sesgo lingüístico académico y a explorar con el equipo editorial de la Universidad de Michigan cómo podemos ajustar y mejorar los flujos de trabajo editorial para apoyar el multilingüismo dentro de JEP. Como tal, nos inspiramos en el llamamiento de Roopika Risam en su artículo en este número especial para que los editores de revistas reflexionen sobre su propio papel para “facilitar la diversidad lingüística y la equidad en las comunicaciones académicas”.
Al preparar la convocatoria de artículos para este número especial de JEP, planteamos una pregunta similar a nuestros posibles autores: ¿Cómo integramos y practicamos el valor del multilingüismo en un sistema de comunicación y publicación académicas más equitativo y epistémicamente justo? Esta pregunta proporciona una lente teórica preliminar a través de la cual puede percibirse esta cuestión. También es una pregunta que seguiremos haciéndonos mucho después de la publicación de este número especial.
Los contenidos
El primer grupo de artículos de este número especial aborda directamente la política (editorial) de la edición y la traducción multilingües. En “Another Workflow Is Possible: Building Trust and Relinquishing Control for Multilingual Digital Publishing Future”, Roopika Risam relata su experiencia y la de Jen Guiliano editando números especiales bilingües de Reviews in Digital Humanities como estrategia central para hacer realidad el objetivo de la revista de crear un espacio acogedor para las comunidades marginalizadas. Además de esbozar los cambios en la producción y en los flujos de trabajo editorial que se promulgaron para facilitar la publicación bilingüe, Risam se remonta a la historia de la publicación de revistas multilingües en el siglo XIX para desbancar eficazmente el status quo del inglés como lengua franca. Y lo que es más importante, el texto de Risam nos ha obligado a examinar nuestra propia práctica editorial y a seguir reflexionando sobre los retos de la edición multilingüe. Rebekka Kiesewetter analiza en su artículo la internacionalización de la investigación, centrándose en las comunidades discursivas transitorias y multilingües. Para Kiesewetter, es muy valioso facilitar un espacio para la diversidad lingüística en instituciones académicas que, de otro modo, serían más rígidas y anglocéntricas. Christos Mais demuestra en “Publish (in English) or Perish: Greek Academia and the Imposition of English Language” cómo la imposición por parte del Estado griego de publicar en inglés está íntegramente relacionada con el imperialismo académico anglófono y la fetichización de las métricas de impacto. En su lugar, el autor defiende la publicación multilingüe de acceso abierto y una producción de conocimiento local y socialmente relevante que dependa menos de la promoción académica individualista.
Muchos de los artículos de esta colección defienden la importancia de publicar investigaciones de comunidades lingüísticas y campos de estudio situados, incluido el de Mais. En su artículo, Reema Chowdhary analiza la publicación y la investigación multilingüe en la India. Chowdhary estudia la diversidad lingüística de la India y cómo esa diversidad se manifiesta en las distintas formas de producción de conocimiento académico en el país. En “Challenges in Intellectualizing Sesotho for Use in Academic Publications“, Johannes Sibeko y Mmasibidi Setaka analizan el concepto de intelectualización en relación con la lengua sudafricana sesotho. La intelectualización, en este contexto, se refiere a la capacidad de utilizar una lengua para todos los fines, incluidas las conversaciones cotidianas casuales y los debates académicos más técnicos o teóricos. Como ya se ha mencionado, Sibeko y Setaka reflexionan sobre las muchas razones por las que no se publica en lenguas marginadas o de escasos recursos, como el sesotho, entre ellas la falta de editores o revisores expertos en una lengua concreta; que la investigación publicada en una lengua marginada no se incluya en las bases de datos académicas, reduciendo así la posibilidad de descubrirla; y que las herramientas de humanidades digitales o de procesamiento del lenguaje natural no funcionen con un texto escrito en una lengua marginalizada. El artículo de Bettina Schnell “Multilingual Scholarly Publishing: Exploring the Perceptions, Attitudes, and Experiences of Plurilingual Scholars in Foreign Language Publication” mira a los especialistas en estudios de traducción e interpretación para examinar cómo un campo que parecería ideal para la publicación multilingüe también experimenta el imperativo de publicar en inglés. Haciendo eco de los temas explorados por Sibeko y Setaka, el estudio de Schnell arroja más luz sobre las motivaciones de los académicos para publicar en inglés, incluyendo la posibilidad de aumentar la visibilidad y el impacto de su investigación, el hecho de que muchas revistas de primer nivel sólo aceptan manuscritos en inglés, e incluso la percepción de un menor prestigio de las revistas que publican en lenguas locales.
Las cuestiones pragmáticas de la edición multilingüe se exploran en una selección de artículos que analizan estudios de casos concretos de libros, revistas y plataformas, así como las experiencias y reflexiones de los autores sobre la edición y la traducción multilingües. En “Collective Translation as Forking(分岔)”, Shih-yu Hsu (徐詩雨), Winnie Soon (孫詠怡), Tzu-Tung Lee (李紫彤), Chia-Lin Lee (李佳霖), y Geoff Cox (傑夫考克斯) reflexionan sobre sus experiencias de escribir y traducir un libro en colaboración como si se tratara de bifurcar software. Los autores analizan las cuestiones que este enfoque plantea en relación con las políticas de traducción cultural (es decir, apropiación, atribución y equidad). Además, los autores sostienen que la traducción como práctica colectiva de reutilización y bifurcación basada en prácticas queer-feministas, interseccionales y anticoloniales puede cuestionar las convenciones académicas de traducción y publicación. En “¿Qué tan equilibrado está el multilingüismo en la publicación científica? Un análisis global desde la base de datos del Directory of Open Access Journals (DOAJ)/How Balanced Is Multilingualism in Scholarly Journals? A Global Analysis Using the Directory of Open Access Journals (DOAJ) Database”, Gimena del Río Riande e Ivonne Lujano Vilchis utilizan la noción de Gunnar Sivertsen de “multilingüismo equilibrado” para analizar la base de datos del DOAJ.2 Del Rio Riande y Lujano Vilchis descubren que, a pesar de un cierto aumento de las publicaciones en español, portugués e indonesio, la gran mayoría de las revistas de la base de datos DOAJ siguen estando fuertemente centradas en el inglés. Las autoras también sugieren que la publicación multilingüe tiene lugar principalmente en la periferia de los centros geopolíticos de publicación académica, mientras que dichos centros siguen favoreciendo la lengua inglesa. En “Sustainable Growth of Multilingual Open Publishing Projects: The Case of Programming Historian“, Riva Quiroga, Anisa Hawes, Anna-Maria Sichani y Charlotte Chevrie esbozan el enfoque multilingüe de la publicación aplicado por el conjunto de revistas de métodos de humanidades digitales Programming Historian. Su artículo explica cómo el desarrollo de una infraestructura de publicación multilingüe en consonancia con sus valores como proyecto puso de manifiesto algunos de los retos y complejidades que surgen con la profesionalización y el abandono de la dependencia exclusiva del trabajo voluntario.
En “Dealing with Multilingualism and Non-English Content in Open Repositories: Retos y perspectivas”, Christophe Dony, Iryna Kuchma y Milica Ševkušić se centran en el papel de los repositorios abiertos para facilitar la publicación multilingüe. Su artículo reflexiona sobre las recomendaciones del informe del Task Force on Supporting Multilingualism and non-English Content in Repositories de la Confederation of Open Access Repositories (COAR). Los autores sostienen que los repositorios abiertos podrían implementar y promover la publicación multilingüe a escala; sin embargo, tal esfuerzo no puede ocurrir en el vacío y requiere cambios en la infraestructura de investigación digital más amplia para tener éxito. En “Research Assessment Systems and the Effects of Publication Language: Manifestations in the Directory of Open Access Books”, Ronald Snijder y Danny Kingsley examinan el sesgo anglófono de la evaluación de la investigación y de las bases de datos bibliométricas corporativas (por ejemplo, Scopus y Clarivate), que están reduciendo el multilingüismo y la bibliodiversidad. Sostienen que, aunque las pautas de exclusión también son visibles en un entorno de acceso abierto no corporativo, las infraestructuras de libro abierto como la OAPEN Library y la DOAB ofrecen una alternativa y pueden ayudar en cuestiones de equidad lingüística y participativa.
Las tensiones técnicas también salen a relucir a la hora de implementar la edición multilingüe, incluso en los flujos de trabajo de producción. Los coautores Quinn Dombrowski, Manish Goregaokar, Ben Joeng (Yang) y Abeera Kamran analizan el impacto de los grandes cambios tecnológicos en la edición multilingüe en “Encoding Multilingualism: Technical Affordances of Multilingual Publication from Manuscripts to Unicode and OpenType”. Su investigación se centra especialmente en la evolución de la computación multilingüe y los estándares de codificación a lo largo del tiempo, incluido Unicode. En “Illegible Multiculturalisms: Making, Digesting, and Translating Empanadas and Doenjang-jjigae within Digital Monolingualism”, Nicholas Bascuñan-Wiley y Matthew Jungsuk Howard presentan un proyecto de cocina/escritura para seguir examinando estas tensiones técnicas. Los autores proponen el concepto de “multiculturalismos ilegibles” para subrayar la disonancia entre el multiculturalismo como utopía posibilitada por la tecnología que lima las diferencias que pretende reconocer y para cuestionar el potencial que se encuentra en la legibilidad parcial de experiencias ajenas a las normativas. La ilegibilidad, para los autores, puede ser en última instancia una posición de poder para resistirse a la normatividad del monolingüismo digital en favor de una pluralidad de multiculturalismos. Sarah Tew y Melissa Jerome ofrecen un relato detallado de la creación de proyectos bilingües en “Recetas de las Américas: A Case Study in Hugo Static Site Generator for Bilingual Web Publishing”.3 Su estudio revela un conjunto de consideraciones críticas—académicas, prácticas y técnicas—que se ponderan de manera específica cuando se trabaja en más de un idioma. El artículo de Tew y Jerome se une a la creciente lista de estudios dedicados al potencial de los sitios web estáticos para transformar las arraigadas prácticas de publicación académica.
Por último, en su epílogo “Multilingualism in Scholarly Publishing: How Far Can Technology Take Us and What Else Can We Do?” Lynne Bowker ofrece una reflexión y recapitulación sobre la intersección entre las tecnologías emergentes y el multilingüismo académico. Bowker reconoce el potencial de la traducción automática para fomentar el multilingüismo, pero sostiene que la tecnología aún no está lo suficientemente avanzada. Sin duda, como revela esta colección, aún queda mucho camino por recorrer en la búsqueda de un sistema de comunicación académica más multilingüe.
En conjunto, los artículos de este número especial hablan de las diversas facetas de la investigación y la publicación multilingües en el siglo XXI. Como resume astutamente Paasi (2015, 510), “las lenguas condicionan la elaboración del conocimiento científico. De hecho, existe una geopolítica desigual del conocimiento incrustada en la comunicación. Los campos académicos existen en gran medida a través de foros de publicación que están estructurados asimétricamente en el espacio global.” Al editar este número especial, pretendemos llamar la atención sobre la producción lingüística del conocimiento en el mundo académico y sumar nuestra voz al coro de quienes reclaman un ecosistema de comunicación académica más diverso y multilingüe.
Notes
- En aras de la transparencia, las editoras deseamos aclarar que la traducción del inglés al español de este artículo fue realizada utilizando una combinación de traducción automática y correcciones editoriales humanas. Las citas textuales han sido traducidas de la misma manera desde el original en inglés. ⮭
- Este artículo se publica en su versión original en español y en traducción al inglés, a petición de los autores. ⮭
- Este artículo se publica en su versión original en inglés y en traducción al español, a petición de las autoras. ⮭
Referencias
Amano, Tatsuya, Juan P. González-Varo y William J. Sutherland. 2016. “Languages Are Still a Major Barrier to Global Science”. PLoS Biology 14 (12): e2000933. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.2000933.https://doi.org/10.1371/journal.pbio.2000933
Amano, Tatsuya, Valeria Ramírez-Castañeda, Violeta Berdejo-Espinola, Israel Borokini, Shawan Chowdhury, Marina Golivets, Juan David González-Trujillo, et al. 2023. “The Manifold Costs of Being a Non-native English Speaker in Science”. PLoS Biology 21 (7): e3002184. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3002184.https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3002184
Fricker, Miranda. 2007. Epistemic Inj ustice: Power and the Ethics of Knowing. Oxford: Oxford University Press.
Helsinki Initiative. 2019. Helsinki Initiative on Multilingualism in Scholarly Communication. Helsinki: Federation of Finnish Learned Societies, Committee for Public Information, Finnish Association for Scholarly Publishing, Universities Norway, and European Network for Research Evaluation in the Social Sciences and the Humanities. https://doi.org/10.6084/m9.figshare.7887059.https://doi.org/10.6084/m9.figshare.7887059
Huttner-Koros, Adam. 2015. “The Hidden Bias of Science’s Universal Language”. The Atlantic, 21 de agosto de 2015. https://www.theatlantic.com/science/archive/2015/08/english-universal-language-science-research/400919/.https://www.theatlantic.com/science/archive/2015/08/english-universal-language-science-research/400919/
Huttner-Koros, Adam, y Sean Perera. 2016. “Communicating Science in English: A Preliminary Exploration into the Professional Self-Perceptions of Australian Scientists from Language Backgrounds Other than English”. Journal of Science Communication 15 (6): 1–20. https://doi.org/10.22323/2.15060203.https://doi.org/10.22323/2.15060203
Multilingual Digital Humanities. s.f. “Multilingual DH: Resources for Doing Digital Humanities in Many Languages”. http://multilingualdh.org.http://multilingualdh.org
Neylon, Cameron, y Bianca Kramer. 2022. “Language Diversity in Scholarly Publishing”. Upstream, 28 de junio de 2022. https://doi.org/10.54900/e2p16ak-k9cyjws.https://doi.org/10.54900/e2p16ak-k9cyjws
Ortega, Élika. 2019. “Zonas de Contacto: A Digital Humanities Ecology of Knowledges”. En Debates en las humanidades digitales 2019, editado por Matthew K. Gold y Lauren F. Klein, 179–88. Minneapolis: University of Minnesota Press.
Paasi, Anssi. 2015. “Academic Capitalism and the Geopolitics of Knowledge”. En The Wiley Blackwell Companion to Political Geography, editado por John Agnew, Virginie Mamadouh, Anna J. Secor y Joanne Sharp, 509–23. Malden, MA: John Wiley and Sons.
Pitman, Thea, y Claire Taylor. 2017. “Where’s the ML in DH? And Where’s the DH in ML? The Relationship between Modern Languages and Digital Humanities, and an Argument for a Critical DHML”. Digital Humanities Quarterly 11 (1). https://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/11/1/000287/000287.html.https://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/11/1/000287/000287.html
Sivertsen, Gunnar. 2018. “Balanced Multilingualism in Science”. BiD: textos universitaris de biblioteconomia i documentació 40. https://doi.org/10.1344/BiD2018.40.25.https://doi.org/10.1344/BiD2018.40.25
Spence, Paul. 2021. Disrupting Digit al Monolingualism: A Report on Multilingualism in Digital Theory and Practice. Language Acts and Worldmaking Project. https://doi.org/10.5281/zenodo.5743283.https://doi.org/10.5281/zenodo.5743283
Van Weijen, Daphne. 2012. “The Language of (Future) Scientific Communication”. Research Trends 1 (31). https://www.researchtrends.com/researchtrends/vol1/iss31/3.https://www.researchtrends.com/researchtrends/vol1/iss31/3
Viola, Lorella, y Paul Spence, eds. 2024. Multilingual Digital Humanities. Londres: Routledge.